Puma, el legendario deportivo brasileño con motor de vocho

Puma

“Carrocería de fibra de vidrio, mucha comodidad y asientos deportivos”, un anuncio típico de autos norteamericanos o europeos, pero es un clásico brasileño. Esta es la historia del Puma, el deportivo carioca con corazón de vocho.

La trayectoria del Puma empezó en una hacienda, con un hombre y su sueño de crear un coche deportivo para las carreras. Para eso, Rino Malzoni tuvo la ayuda del talentoso Anísio Campos, que proyectó una carrocería de líneas modernas.

Los otros pioneros fueron Jorge Lettry, Milton Masteguin, Luís Roberto Costa y Mario César de Camargo Filho. El primer nombre, GT Malzoni, fue sustituido por Puma, que evidenciaba su perfil agresivo.

De esa manera el coche fue mostrado, por primera vez, en 1966, en el Salón del Automóvil. El motor de tres cilindros y dos tiempos desarrollaba 50 caballos de potencia.

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El nuevo Puma llegó con un motor más confiable

Dos años después, llegaba una gran novedad. El Puma adoptó una nueva carrocería, más moderna y aerodinámica, con un perfil más bajo.

Otra gran novedad es que el motor de tres cilindros fue sustituido por el bloque refrigerado por aire, con 1,500 cc del Volkswagen Tipo 1. Esta nueva versión del Volkswagen Puma adquirió, además, carburadores Solex, rines de 14 pulgadas, espejos retrovisores deportivos y un nuevo logotipo al frente.

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En 1969, Anísio Campos creó tres ejemplares de un modelo especial, el Puma 4R, los cuales fueron sorteados entre los lectores de la revista Quatro Rodas.

En la década de los 70, el coche fue muy codiciado en Brasil. La fábrica tuvo mucho éxito, incluso con la exportación de una gran cantidad de vehículos para Europa, Estados Unidos y África. Además, fueron lanzadas dos versiones, con mayor cilindrada: GTS convertible y GTE.

En el inicio de la década siguiente, la fábrica tuvo problemas financieros y jurídicos. A pesar del lanzamiento de los modelos GTC y GTI una gran inundación acabó con el sueño. Dos empresas brasileñas, Araucária Veículos y Alfa Metais intentaron rescatar la marca, pero sin éxito.

El “Puminha”, como era conocido en tierras cariocas, será siempre un clásico. Puma Club do Brasil, Clube do Puma (São Paulo) y Puma Clube (Espírito Santo) son solamente tres ejemplos de esa pasión. Al fin de cuentas, como decía el slogan de 1969: “la pasión no se explica”.

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Fotogalería del Puma:

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