Volkswagen Karmann Ghia Cabrio 1970, una belleza topless

Dentro del mundo vochero existen joyas codiciadas por todos los amantes del clásico escarabajo alemán, y una de ellas es sin duda el Volkswagen Karmann Ghia, pero cuando además hablamos de uno convertible, se convierte en una verdadera pieza de museo que pocas veces podemos ver, pero que hoy está aquí para engalanar nuestras páginas.

Este Volkswagen Karmann Ghia Cabrio de color negro es un modelo 1970, propiedad de René Suárez Hernández, presidente del club Old School VW Monterrey. La unidad ha sido equipada con rines Fuchs de 15 pulgadas progresivos, los elementos cromados se han restaurado en su totalidad, incluyendo molduras, parrilla, faros, espejos, manijas y defensas, además, la capota se ha renovado en un color camel que contrasta con la carrocería completamente cubierta por el tono negro brillante.

El interior del Volkswagen Karmann Ghia Cabrio

El interior adopta también el mismo acabado en color camel para los asientos, los tapetes, los paneles de las puertas y los cajones para el set de medios que acompañan al modelo. También encontramos el tablero pintado al color de la carrocería, una palanca de cambios cortos Mamba y un volante de madera auténtica con brazos pulidos Flat4.

Pasando por el audio, el Volkswagen Karmann Ghia Cabrio cuenta con una unidad principal Kenwood, que se acompaña por un set de medios de JBL y otro de JL Audio, que entregan un sonido nítido, que no rompe la estética clásica del modelo y permite a René disfrutar de su música favorita mientras toma el sol en la carretera con la capota abajo.

El tren motriz de este Volkswagen Karmann Ghia Cabrio 1970, se mantiene bastante bien conservado y se apropia de algunas mejoras más modernas que le permiten funcionar de la mejor manera, incluyendo un kit de bomba de combustible y encendido electrónico, poleas MST radiador externo y Webber central, además de un sistema de escape tipo A1, que le otorga un sonido hermoso al pisar el acelerador, ese sonido tan característico que le pone la piel chinita a cualquier vochero de corazón.

Con todo este equipo integrado, el Karmann Ghia de René nos dejó simplemente con el ojo cuadrado, disfrutando de acabados de primer nivel, una estética clásica muy bien conservada, y elementos de modernidad que le dan ese toque especial a esta pieza digna de cualquier museo vochero.

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