Ya sea que se trate de modificar un vocho, Porsche, auto deportivo grande o pequeño, los proyectos de modificación que realizan los entusiastas de esta marca suelen caer en una de dos categorías: de exhibición o bólidos. En otras palabras, o son para lucirlos en eventos o son para correr en la pista de ¼ de milla, como es el caso de este vocho 1968.
No hay medias tintas. El hecho de hacer énfasis en un área significa sacrificar algo de la otra. Son raros aquellos ejemplares en los que se logra un perfecto equilibrio, al integrar alto desempeño y una buena apariencia, pero de vez en cuando, nos topamos con uno de estos extraños casos.
Este Volkswagen Sedan es uno de ellos. Es propiedad de Joe Koenig, quien vive en Nueva Jersey.
Estamos hablando de un vocho 1968 que es una pieza de maquinaria notable por lo impecable y bien pensada elaboración, y no solamente es capaz de llamar la atención a los detalles, sino que además recorre el cuarto de milla en tan solo 10 segundos. Así es, 10 segundos y fracción, y a pesar de eso, Koenig afirma que es un auto que puede circular sin ningún problema en la calle.
No es una casualidad, porque desde el principio de su proyecto, la idea de este vochero gringo era modificar un auto, de manera que pudiera servir tanto dentro de la pista como fuera de ella y en realidad, las modificaciones del vochito comenzaron cuando aún era propiedad de un amigo a quien se lo compró.
La falta de dinero dio pie a la venta del coche
Ese amigo, llamado Brad Somics, tenía entre manos varios proyectos de modificación al mismo tiempo, pero el vocho 68 había quedado relegado al último lugar. Finalmente, la falta de dinero suficiente para todos los proyectos fue un argumento mas que convincente para que Somics le vendiera el carro a Koenig y de esta forma el vochero recibió un proyecto a medio terminar, dado que ya le había arreglado casi todos los detalles a la carrocería, y le habían puesto los parches necesarios al interior.
Como el proyecto de restauración ya estaba medio avanzado, Joe y sus amigos pudieron terminarlo en un plazo de tan sólo seis semanas.
Cualquiera que haya emprendido una restauración a conciencia, seguramente se dará cuenta de que esto no es mucho tiempo, y el hecho de que solamente tardaron mes y medio en terminarlo, es un testimonio fehaciente de la visión y determinación de Joe.
Considerando todo lo que ya se había hecho a la carrocería, un amigo de Joe se dio a la tarea de enderezar los lienzos y retirar tomas de aire, molduras cromadas y emblemas, para finalmente, aplicar el tono verde que vemos en las fotos. También agregaron unos cuantos detalles al exterior, tales como los faros Hella H4 y las T-bars, que sustituyen a las defensas originales.
Un vocho 1968 chaparrito y muy veloz
Cabe destacar que el piso del auto es el original, aunque tratado y modificado utilizando lámina de acero inoxidable en algunas zonas. En términos generales, el vocho rueda 25 mm más abajo que la altura original.
La suspensión delantera fue modificada con la instalación de mangos desfasados, así como de barras de torsión Sway-Away y una pesada barra de tracción de la marca Tracy Grimm Fabrication.
De igual forma se dio a la tarea de hacer la conversión a frenos de disco en las cuatro ruedas. Y ya que hablamos de este tema es conveniente mencionar que este vocho rueda sobre rines de aluminio Porsche de 15×5.5 pulgadas, sobre los cuales montaron llantas Mickey Thompson.
El corazón del vocho
Y ha llegado el momento de hablar del motor, el cual alguna vez fue un ejemplar 1600, pero que después de un arduo trabajo vio aumentada su cilindrada hasta alcanzar los 2,387 cc.
Parte del trabajo de modificación incluye rectificación de cilindros, instalación de cárter de cuatro litros, bomba de gasolina Gene Berg y enfriador de aceite de alto desempeño, además, claro, de un cigüeñal Demello contrabalanceado, bielas Crower y pistones Weisco de 94 mm.
Otros detalles dignos de mencionar son el árbol de levas Web, válvulas Manley y carburadores Weber 48 ida.
Pero para darle todavía más “punch” a la aceleración, nuestro amigo instaló un sistema de inyección de NOS, el cual, aunado a todo lo anterior brinda una pasmosa potencia de más de 350 hp.
Claro que la transmisión y el sistema de clutch fueron convenientemente modificados para soportar la tremenda potencia.
Interior
Y de esta forma llegamos al habitáculo, donde encontramos asientos delanteros provenientes de un Honda CRX y que fueron retapizados con lana color verde.
Además, encontramos palanca de velocidades Gene Berg, volante Grant y una serie de instrumentos Ultra-Lite de Autometer (incluido el tacómetro)
Considerando que su vocho es de arrancones, nuestro amigo mandó instalar un roll cage completo para que no suceda nada malo en el remoto caso de que la potencia llegue a ser demasiada.
Fuente | Revista VW Trends México | Texto original: Karl Funke | Fotos: Henry Z. Dekuyper
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Fotogalería de este vocho de arrancones:
Emprendedor, empresario, fan del buen café y de las playas del Caribe Mexicano. Creador y Director Editorial de las revistas Vochomania, Tuning Car, Curvas, Mundo Volkswagen y muchas más. Editor en Autoproyecto. CEO de MB Digital Entertainment. #DogLover #AdoptaNoCompres