Este vocho clásico 68 nos trae a la mente que el famoso Escarabajo de Volkswagen es uno de los autos más famosos en la historia de la humanidad. Para comprenderla bien, no debemos olvidarnos de los hombres que la hicieron posible. En esta historia se combinaron coincidentemente el genio inventivo de su creador, las necesidades políticas de un dictador y la visión del presidente de la firma durante la inmediata posguerra.
Estos creadores fueron: Ferdinand Porsche, quien plasmó la idea; Adolf Hitler, que la materializó a ultranza; y Heinrich Nordhoff, quien al redescubrir el valor del producto creado lo mantuvo por años, y sólo lo renovó para refinarlo aún más.
El éxito del Vocho, lo ha llevado a convertirse no sólo en el auto más fabricado de la historia, sino también es el que ha permanecido en producción por más tiempo, y en la mayor cantidad de países. ¡Un verdadero fenómeno!
Y parece poco probable que semejante suceso sea repetido por algún otro vehículo, por esa razón en cada edición les presentamos una historia distinta de los propietarios de los autos que aparecen por nuestras paginas, y ésta no es la excepción, este vocho clásico 68 pertenecen a Oscar Díaz Pelcastre.
Un arduo trabajo de restauración se llevó a cabo en este vocho clásico 68
“Un saludo a todos los aficionados del Volkswagen Sedán”, es lo primero que nos dice Oscar y añade: “Este vocho clásico 68 lo llamamos Capuchino, nombre que surgió de una idea de mi esposa y un servidor. Y hace 5 años que este escarabajo está conmigo y no se parecía en nada al de las fotos, lucía un aspecto Custom pero con muchas piezas de la época. Desde aquella época, tuve la idea de dejarlo lo más clásico posible y fue así como inicié este proyecto.
“A partir de esa fecha y de acuerdo a mi presupuesto he iniciado con su restauración, la cual empezó con la pintura y algunos accesorios, entre los cuales, les puedo mencionar la tapicería de su época, el juego de tolvas cromadas para el motor cromadas, la toma de aceite y las poleas de aluminio. También mandé a instalar una sirena de los años 50 sobre la defensa frontal, así como una visera para el parabrisas, la canastilla de viaje y una antena de 3 puntos.
“Otros detalles que le he instalado a este Vocho clásico 68 son las replicas de los espejos Albert Mirror y la palanca de cambios con gatillo de reversa, así como los pedales en aluminio y los posa-pies en cromo. Ya que el volante, manijas, velocímetro y demás detalles ubicados en el tablero, son de la época y sólo se mandaron a limpiar.
“A toda mi familia les gusta mucho la música, es por ello que decidí añadir un buen equipo de audio, el cual escondí de forma estratégica para que no “chocara” con el aspecto clásico que siempre me ha gustado. Incluye un estéreo Pioneer, bocinas frontales Crunch, medios 6×9, bocinas traseras JBL, bajo Pioneer de 12”, amplificador Sony y capacitador.
“Mi objetivo es mantenerlo y conservarlo en buen estado, pero sin olvidar que es una pieza que tiene medio siglo de haber sido construida. Me siento muy afortunado de tenerlo conmigo y mi idea es conservarlo por muchos años más. Mi esposa Anai García Romero y un servidor disfrutamos mucho rodar en este Vocho clásico 68, pero quien más se entusiasma y lo aprecia como yo, es mi pequeño hijo David Díaz García.
Habla el vocho clásico 68
“Soy Capuchino y tengo 50 años. He vivido como un grande y he visto crecer a la Ciudad de México a pasos agigantados. Dicen que soy una carcacha, pero no les creo, ya que mi fortaleza se alimenta de sonrisas. Se que he escuchado miles, pero la única que me importa es la de David.
“David me ha hecho vibrar con su sonrisa Mis bocinas replican la música que les gusta a mis dueños, pero en realidad es el eco de la sonrisa de David. Ellos me han pintado de colores hermosos y me han puesto mis vestiduras que me hacen sentir como nuevo. Me llevan a lugares donde me ponen piezas que solo me hacen cosquillas, eso no me importa, ya que a ellos les gusta.
“Si tuviera vida y pudiera hablarles, les diría gracias por sus sonrisas, gracias por despertar conmigo y gracias por los accesorios. Si tuviera alma, ésta sería como una pelota de colores”.
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